Creímos que iba a ser premonitoria la fugaz aparición en un vídeo de presentación de Celso Perdomo sentado junto a José Manuel Soria y Juan José Cardona en una reunión de la ejecutiva del PP canario. Perdomo es el principal encausado en la trama eólica, el primer caso de corrupción (luego han venido unos cuanto más) en el que se vio envuelto el partido que preside Soria. Pero no, la corrupción no se abordó en profundidad, quizás por el convencimiento generalizado de que con el “y tú más” se desmoviliza al electorado y ante la evidencia de que los votantes del PP no sólo perdonan que sus candidatos sean unos chorizos, sino que los votan con mucha más pasión que si no robaran. Pero hubo algunos guiños por parte de José Miguel Pérez cuando habló de los concursos eólicos o cuando propuso una oficina antifraude; y en Paulino Rivero, cuando en dos ocasiones distintas citó el papel que desempeñó desactivando ante la Justicia el caso Tebeto, aquel escándalo provocado por la negligencia de Luis Soria que a punto estuvo de costarnos a todos 103 millones de euros que José Manuel Soria quería pagar deprisa y corriendo.