Va a ser una campaña muy dura la que se avecina, dura y además vertiginosa. Sospechamos que ocurrirán grandes cosas en el terreno judicial y muchas menos en el político, lo que puede incluso desmovilizar a los votantes. Pero los calendarios de los juzgados no los marca la Ley Electoral, como casi todo el mundo tiene claro. Los medios de comunicación van a desempeñar un papel trascendental porque serán testigos y notarios de esos notables acontecimientos, lo que convertirá a los periodistas en protagonistas involuntarios. Porque una cosa es la independencia y otra la neutralidad ante las evidencias. Si un político miente como un bellaco continuamente ante un micrófono, una pluma o una cámara, al menos una vez, tan sólo una, alguien le tendrá que formular de nuevo la pregunta hasta que diga la verdad. Que una cosa es ser notario y otra cómplice de la mentira. El periodista desempeña un servicio público y hay que ser crítico con las deformaciones de la realidad.