Pero de esa reunión con Luis Soria no contó nada a los periodistas Suárez Gil a su salida de la sala donde declaró. Prefirió sacudirse de encima las sospechas que en el sumario se se insinúan sobre él por parte de la Policía. En concreto, el ex presidente plateado se empeñó en demostrar (y demostró ante Parramón) que él no es ese hombre que la Policía asegura haber visto el 2 de junio de 2005 bajándose de un Citröen, matrícula 5850DDK, en San Bartolomé de Tirajana para acudir a un almuerzo con Marco Aurelio Pérez, entonces alcalde. Se trata, como se imaginarán, de la rama separada que abrió Parramón al detectar que un par de imputados en la trama eólica mantenían unas negociaciones sospechosas con el hoy consejero del Cabildo por el PP. Era otro Zorro Plateado el que acudía a El portalón porque éste , el nuestro de toda la vida, acreditó con copia compulsada de su pasaporte, facturas y el nombre de un testigo (Paco Rodríguez Batllori) que el día de autos él no estaba en ese auto, sino en Marruecos.