Pero no todo fueron fracasos de Soria en el congreso nacional del PP. A él se atribuye un logro que debe parecerle decisivo, el mantenimiento de Cristina Tavío y el bloqueo a la entrada de Pablo Matos en la ejecutiva nacional. Fue una acción exclusivamente atribuible a Soria y no a Arenas, y lo presentó el presidente del PP canario como un sacrificio en aras a mantener la cada vez más inestable paz interna de esta formación en las Islas. Y claro, cualquiera que ahora hable de estabilidad, con la que está cayendo en Castilla, Galicia, Valencia y especialmente en Madrid, siempre se llevará el gato al agua. Bien es cierto que Matos no movió un dedo para conseguir su ascenso a la Ejecutiva, y ya se sabe que en determinadas negociaciones dentro de los partidos políticos no puede uno ni ir a hacer pis.