Pues ya ven, la gran casa nacionalista canaria se reconstruye como si el material no fuera de desechos sino nuevo del trinque. Aquí no ha pasado nada, pelillos a la mar, que hay que frenar la riada del PP y, si se puede, formar grupo parlamentario. Nueva Canarias y Coalición Canaria avanzan a un ritmo frenético en su hasta hace poco imposible entendimiento y lanzan mensajes de confluencia a los demás partidos nacionalistas canarios con la máxima indiscutible de que cualquier voto ahora mismo vale un potosí. Los nacionalistas ya parecen haberse repartido todo lo repartible, y no solamente las plazas con más posibilidades para el Congreso y el Senado, con su correspondiente time-sharing, sino también aquellos otros puestos institucionales que habrían de requerir mociones de censura. Les hablamos, una vez más, del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de Telde, donde parece muy avanzado un acuerdo entre NC y CC para censurar al PP, de prestado hasta que Paulino hubo sometido socarronamente a Román a esta elegante humillación. Pero metidos en la euforia de tanto reparto, de cómo mandar a Paco Santiago al Senado y cómo hacer presidente del Cabildo a Román Rodríguez, los negociadores se olvidaron de una minucia: consultar, aunque sólo fuera por el forro, con los otros imprescindibles socios del cotarro: el PSOE y, en el caso concreto de Telde, del partido de Aurelio Ayala, Más por Telde.