La cosa (con perdón) se está poniendo fatal. La crisis económica global golpea de manera inmisericorde a todas las economías, las mundiales, las estatales, las regionales y las familiares. Y no hay institución que escape de la quema. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, hipotecado por los millones de euros de agujero sideral que dejó el PP tras doce años de saqueo y/o despilfarro (táchese lo que proceda y/o no proceda) y los disparatados retrasos presupuestarios no es ajeno a esta coyuntura. El Festival de Teatro y Danza, que constituyó todo un éxito en su pasada edición y que ya ha celebrado trece, ha quedado cancelado hasta nuevo aviso por falta de dinero. La crisis pasa factura a la cultura, aún teniendo Las Palmas de Gran Canaria a un alcalde reconocidamente culto y sensible ante esta vertiente de la vida. Mientras, en Fuerteventura, el Cabildo anuncia la suspensión del Fuerteventura en Música, un plagio descarado -hasta en el nombre- del Fuertemúsica! que tantos éxitos cosechó durante sus cuatro años de existencia.