Ya desde las primeras páginas se adivina el sesgo propagandístico del libro, como no podía ser de otro modo, destinado a contar la historia del nacimiento de la radio, cómo tuvieron que vérselas con Radio Ecca para ocupar varias de las frecuencias que la emisora cultural venía utilizando desde hace décadas. O los continuos ataques del Partido Socialista al proyecto mediático de Paulino Rivero, tanto en el aspecto televisivo como en el radiofónico. Por no olvidar, no se olvida el autor de los dos representantes socialistas y el de Nueva Canarias en el Consejo de Administración de Radiotelevisión Canaria, es decir, la empresa, es decir sus patronos. Tras despacharse con el calificativo de “feroces” las críticas recibidas desde La Provincia y desde La Opinión contra el nuevo concurso de la tele autonómica, que nada tiene que ver con el objeto del libro, la radio, Mateu mete en el mismo saco de las “presiones mediáticas y políticas” a esos tres representantes del Parlamento por haber llevado el asunto a la Fiscalía Anticorrupción, que no observó delitos de esta índole. Lo que no significa que no los hubiera de otra.