Es la mejor terapia para un resacón de año nuevo. Te aflojas litro y medio de Fonteide y un editorial de El Día y se te quita todo. Si hasta recuperas el optimismo y “la alegría de vivir”. Porque, como dice don Pepito, “con la libertad desaparecerán las listas del hambre y retornará la alegría de vivir. Con la soberanía nacional canaria vamos a tener hasta unos carnavales distintos, clase política nueva surgida de listas abiertas, una Justicia justa, decente y no politizada y una Administración de manos limpias, porque los dirigentes serán otros. Serán dirigentes a los que se exigirá, ante todo, la decencia. Canarias volverá a ser el Jardín de las Hespérides. Estas Islas volverán a ser afortunadas”. Vamos a ver, don José, si el otro día puso como ejemplos de personas dignas a usted mismo y a José Manuel Soria, ¿es este último el prototipo de dirigentes decentes que nos caerán del cielo con la RIC? Estaríamos apañados. Porque a Paulino Rivero no lo considera más que para un aviso final: “¡Ojo don Paulino sobre lo que les puede llover desde el mar o del aire a patrulleras suyas o simples pesqueros y pescadores que se enfrenten a las fuerzas marroquíes! ¿Pensará igual que usted el Ejército y la Marina?”