Los bañistas de Las Alcaravaneras testigos de esos supuestos delitos cometidos por los dos marroquíes ofrecieron a Canarias7 una versión absolutamente fantástica. Relataron cómo los detenidos trataron de engatusar y raptar a uno o a dos menores (un niño y una niña pertenecientes, al parecer, a la misma familia) y cómo, al descubrirse el intento de secuestro, se produjo incluso un atisbo de linchamiento popular. Los hechos fueron vistos este martes en los Juzgados de Granadera Canaria, donde nadie corroboró versión alguna sobre un intento de secuestro ni sobre una paliza tras unas canchas deportivas, y donde los dos detenidos negaron los hechos, oponiéndose incluso a la existencia del delito de exhibicionismo, que acabaron aceptando en una sentencia por conformidad que les evita ir a prisión. Visto lo visto y leído lo leído, cabe preguntarse cuánto hubo de cierto incluso en el delito de exhibicionismo, si no será más cercano a la realidad que los dos acusados se cambiaban de ropa en la playa donde viven, o si todo se debe a su nacionalidad y no a su comportamiento, que de haber sido protagonizado por nacionales hubiera acabado de otra manera. Para algunos habrá resultado frustrante que los condenados no condujeran una furgoneta blanca.