Dice el Niño Bravo que nadie pareció ofenderse en el momento de pronunciar tan desacertada frase, que Victoria Casas no reaccionó ni se quejó en tiempo real. Cierto. Lo hizo al finalizar el pleno, porque es igualmente cierto que la gracia del alcalde tuvo lugar durante un receso, pero con los concejales (a excepción de algunos que habían ido al baño), la secretaria y el público presentes en la sala, es decir, que no fue en una conversación de barra de bar, sino con la Corporación constituida y el acta abierta. Fue la misma sesión en la que este pedazo de alcalde, que en su nota nos indica que no tiene “más ambición que la de terminar el mandato como alcalde, siempre respetando a los demás”, cuando se choteó de la queja de la misma concejala sobre la proliferación de ratas en el municipio: “Sí, es verdad, hay muchas ratas caminando por este pueblo”, en alusión directa a algunos miembros de la oposición, a los que miraba orgulloso de su ingenio.