El escrito de despiste de la Fiscalía Provincial, transmitido a través del manejado fiscal Pallarés, encierra algunos elementos que llaman especialmente a la preocupación. Porque además de pretender dar cuatro manotazos a la causa de Lifeblood para peor proveer, revela aspectos de la segunda pieza de la causa que podrían poner en peligro la investigación futura. De entrada, pone negro sobre blanco y sin que venga en absoluto a cuento el nombre de una funcionaria del Servicio Canario de Salud que ha aportado datos muy reveladores de la esposa del Fiscal Jefe, Lourdes Quesada, que lleva apareciendo como responsable de la manipulación de las bases del concurso de la hemodiálisis semanas antes de que el asunto pasara a ser pasto de los juzgados. Y lo hace el fiscal precisamente para tratar de afear que la investigación haya entrado por unos derroteros nada recomendables para los intereses de los que pudieran convertirse en próximos sospechosos de amañar un concurso que costará a los canarios la módica cantidad de 124,7 millones de euros. Desde determinados sectores muy entregados a la causa (incluidos los más acicalados medios de comunicación del régimen) se critica con pasión la investigación, obviando con descaro y una complicidad verdaderamente obscena que el verdadero objetivo es volver a echar tierra sobre los escándalos del PP en el Gobierno de Canarias.