Se ha armado una buena con el incidente institucional del pasado viernes en el hospital de Gran Canaria Doctor Negrín. Que un cargo vinculado a la Administración autonómica ordene desalojar de unas instalaciones públicas a la representante del Gobierno de España no es cuestión baladí. Nadie ha desmentido ni un solo dato de la información que ofrecimos a ustedes este fin de semana, si bien a estas alturas debemos confesarles que no hemos podido confirmar de quién partió la orden de que expulsar a Laura Martín de ese recinto. Hay dos sospechosas claras, la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, o su jefa de prensa, Dolores Pérez Caballero, conocida como Lolina, porque ambas estaban allí y porque a la jefa de prensa del hospital no se le ocurre hacer eso salvo que recibiera una orden bajo amenaza de perder su puesto de trabajo.