José Manuel Soria maneja a la perfección el arte de la comunicación audiovisual, que para eso ha hecho numerosos cursos. Se le notó tenso y presa de nuevo por las muecas y las convulsiones de hombros que tan mal quedan en televisión. Mintió a la perfección, quizás instalado en el convencimiento de que una gran parte de la población sigue sin darse cuenta de sus mentiras. Fueron esas afirmaciones falsas las que provocaron que el candidato socialista, Juan Fernando López Aguilar, se saliera de sus casillas en demasiadas ocasiones. Interrumpir una o dos veces da vida a un debate, pero hacerlo con la frecuencia con que lo hizo el ex ministro, chirría demasiado. Quizá en afearle su falta de talante tuvo su momento de gloria Paulino Rivero. López Aguilar fue de menos a más y terminó ganando por los pelos un debate complicado de todos contra uno. Su mensaje optimista de despedida, sus continuas referencias a las personas, al medio ambiente, a la humanidad, a los malos gobiernos... y su guiño a Venezuela (único en todo el debate) le hicieron salir triunfante de esta primera confrontación televisiva.