Nos saltamos la retahíla de insultos con los que nos obsequió este sábado don José en su delirante editorial en el que precisamente nos acusa de hacer exactamente lo que él hace y nosotros no hacemos. Porque, si la memoria no nos falla, lo más lejos que hemos llegado con este absurdo señor ha sido descojonarnos sanamente de sus artículos y de su deriva editorial, sin vejarlo en lo personal ni en lo familiar, sin decir que su periódico es “la hez del periodismo” y sin insinuar nada en absoluto de su vida sexual, que ni la conocemos ni nos interesa una higa. Con perdón. Él sí, él se lo puede permitir todo amparándose en la errónea creencia de que los demás nos vamos a asustar y a dejar de pasarlo a lo grande con sus derrapes. Les decíamos que le molestó que diéramos la noticia de la acusación contra Paco Padrón porque “todavía no ha sido condenado”. Una “bajeza”, según su sentencia, en la que cayeron a continuación periódicos como La Opinión de Tenerife y ABC y emisoras como la cadena Ser, que divulgó la noticia incluso en El Larguero. Tenemos una ristra de primeras páginas de El Día que servirían para cubrir por completo el edificio entero de Editorial Leoncio Rodríguez, portadas en las que se puede ver a muchos, muchísimos, detenidos, imputados, sospechosos, presuntos y no tan presuntos, esposados, detenidos, libres o mediopensionistas a los que don Pepito jamás ha otorgado tanta magnanimidad. Desconocemos los motivos, la verdad, por los que le entra flojera ante delitos como los que han llevado a Padrón ante los tribunales.