También en su descargo, la presidenta del PP de Lanzarote ha dicho a varios medios informativos que ella se limitó a comprar una casa terminada cuyos muros de delimitación estaban hechos sobre una superficie perfectamente fijada. Obvia, porque seguramente le vendrá mejor así, que dentro de esa superficie delimitada por esos muros ella y los demás vecinos realizaron “obras de acondicionamiento de parcela consistentes en muros, piscina de unos 31 metros, edificación adosada a lindero de unos 55 metros cuadrados y ampliación de la vivienda en unos 11,50 metros cuadrados, así como pavimentación de patio trasero en unos 43 metros cuadrados, invadiendo suelo rústico de protección (C1) y de valor natural ecológico (C12), en un fondo de 18 metros de ancho por el largo de la parcela en su lindero norte, sin contar con las autorizaciones pertinentes en el lugar conocido como ”La Bufona“. Así se recoge en el expediente 523/2000, es decir, en un expediente administrativo de la APMUN iniciado el mismo año que la señora Pérez compró su casa. Es lo malo que tienen las medias verdades.