Fernando Fernández ha regresado con armas y bagaje a la política canaria, de donde salió bastante escaldado tras aquel episodio de la cuestión de confianza tan confianzuda. Padrino en el Parlamento Europeo de una becaria llamada Cristina Tavío, con la que ahora se lleva prudentemente mal, quiere volver a la Cámara autonómica, y no se esconde para confesar que le gustaría incluso presidirla. Fufú, como se le conoce cariñosamente, ha terciado en la polémica dimisión de Pérez-Camacho, y lo ha hecho opinando en los foros de los periódicos digitales. En el nuestro opinó, en respuesta a un lector que acusaba al dimisionario portavoz de ser “un metepatas”, de la siguiente manera: “Si es así, la culpa no es de él, sino de quien, sabiéndolo, lo propuso como portavoz. Miguel ha sido el mejor abogado del señor Soria, defendiéndolo en la tribuna del Parlamento en los momentos más difíciles para José Manuel, como lo he sido yo en mi tertulia de la Cadena Ser GC y en este mismo medio. Miguel Cabrera sólo ha expresado la posición del PP en relación a la dictadura castrista. Tal vez, conociendo el percal, debió ser mas prudente”.