Probablemente no toda la culpa sea de Águeda Montelongo, presidenta insular del PP de Fuerteventura, del PP del rito genovés antiguo y aceptado. Pero algo habrá tenido que ver la doña en el big bang que ha sufrido la formación conservadora desde que ella se hizo cargo de la presidencia en sustitución de ese insustituible personaje que es Domingo González Arroyo. A la espera de que el miércoles aterrice en la isla la super-lideresa, Esperanza Aguirre, y presida la fusión de uno de ellos en la casa madre, a día de hoy hay seis PP distintos en la isla de Fuerteventura, seis obediencias dispares que en realidad han partido de la misma obediencia superior, a la que mandaron a freír espárragos por motivos diversos. Además del de la gaviota, nos encontramos con el PP crítico de Guillermo Concepción, al que no terminan de expulsar, sino todo lo contrario. El tercer PP majorero es, sin duda, el del marqués, el Partido Progresista Majorero, que a acumula más militancia verdadera que el resto y que se dispone a dañar severamente las expectativas electorales de la franquicia conservadora. En cuarto lugar debemos recordar a la incansable Ibiza Melián, que lidera la Plataforma Popular de Antigua, creada cuando se produjo la primera defenestración insular que afectó a este municipio y al de Pájara, donde voló momentáneamente por los aires el mentado Guillermo Concepción.