Pepa Luzardo se ha convertido en la primera víctima del estreno absoluto de la nueva versión de Electra en el teatro Pérez Galdós. Como ocurriera en 1901 en Madrid, tras la primera función, que obligó a Sagasta a remodelar su Gobierno y a constituir el Gabinete Electra, esta obra de Pérez Galdós parece predestinada a llevarse siempre a un político por delante. La única persona pública que conozcamos que se ha lanzado a la crítica feroz contra esta exitosa producción del teatro Pérez Galdós ha sido la ex alcaldesa de la ciudad, que se ha dedicado a contaminar acerca del coste de la iniciativa, menos de 400.000 euros. Tras las primeras andanadas lanzadas a través del periódico La Provincia, éste dio un vuelco espectacular en su línea informativa y editorial, y este domingo editorializaba sobre el modelo cultural que representa esta producción. El editorial sienta las bases de lo que, a juicio del editorialista, debe ser la gestión cultural alejada de los golpes demagogos, oportunistas y con pocas miras. Y dedica un cariñoso párrafo a doña Luzardo: “Los políticos que alientan esas empobrecedoras dicotomías [acción cultural y elitismo] delatan un electoralismo mediocre que no hace sino explicar la razón de que los españoles empecemos a ver la clase política como segundo de los problemas nacionales, justo a continuación del paro”.