Nos ocurrió algo similar cuando detectamos la presencia de José Manuel Soria pescando salmón en Noruega. Los representantes socialistas en el Cabildo grancanario prefirieron fiarse más del presidente de la Corporación que de nuestras informaciones. Así, estuvieron esperando más de un mes a que se celebrara el pleno de septiembre de 2005, en el que Soria confirmó lo que habíamos publicado, para añadir, “¿y qué?”. Ahora, con los recibos del alquiler de su chalet en Santa Brígida en la mano, los socialistas grancanarios se debaten entre esperar a que el presidente del Cabildo vuelva a dar una larga cambiada o se niegue a contestarles, como hizo el mes pasado. Es muy probable que no quieran meterse en el berenjenal de exigir su dimisión y enfrentarse al líder del PP canario porque ya vendrá Zapatero a ganarles las elecciones y a repartir carguitos. Que es al final de lo que se trata.