Por mucho que se pusiera majadera la directora del Instituto de la Mujer, el Parlamento se opuso a llevar a pleno su manifiesto por tratarse de un documento elaborado desde el Gobierno y cantando las excelencias del Gobierno. La Cámara quería su propio documento, y fue la diputada socialista Lali Guerra de Paz la que presentó a través del Registro el texto que finalmente leyera ante el pleno de la Cámara la secretaria primera, Mari Mar Julios, y que recibiera el apoyo unánime y los aplausos de todas sus señorías.