Las tres cintas fueron encontradas por la Policía en el registro que efectuó el 10 de noviembre pasado en las oficinas de Telpan, S.A., de Félix Machín. Son cintas de la marca Sony, de sesenta minutos de duración, de microcassette, es decir, de las que suelen emplearse para grabaciones clandestinas. Estaban en una caja fuerte, lo que reforzaría las tesis de que su contenido debe ser comprometedor para alguien. La juez, en un auto fechado el pasado 25 de febrero, ha ordenado a la Policía su análisis y transcripción, por si de su contenido pudieran derivarse aspectos relevantes para la investigación, bien del caso Calero (una recalificación urbanística sospechosa) o bien de otras actividades que obligaran a la apertura de pieza separada. Hay veces que no es necesario intervenir judicialmente unos teléfonos para acceder a las conversaciones de personas investigadas que, encima, facilitan enormemente la investigación sin tener que motivar una restricción del derecho fundamental del secreto de las comunicaciones.