Ya sabemos que la consejera de Educación y Cultura está entretenida preparando la estrategia de contraataque frente a los maestros, pero quizás podría encargar a algún asesor del departamento de Cultura a mandar una cuadrilla de limpieza al teatro Guiniguada, en Las Palmas de Gran Canaria. En pleno corazón de Vegueta, de un barrio que experimenta una interesante transformación, que se recupera de las mordidas de los especuladores, un espacio público gafado como el Guiniguada presenta un estado de abandono lamentable. Mientras, en los juzgados, se dilucida qué ha pasado con los dineros destinados a su rehabilitación, que se eterniza sin que nadie haga nada positivo.