No hay manera de convencer a Concha Narváez ni a su núcleo duro de que una cosa es ganar una asamblea local y otra muy distinta unas elecciones. La actual alcaldesa socialista de San Bartolomé de Tirajana se muestra tan segura de sí misma y de sus posibilidades que ha desoído todas las voces que le aconsejan acomodar su lista a las necesidades de la sociedad a la que pretende representar. Y esa sociedad no está mayoritariamente compuesta por funcionarios (ella lleva cinco en puestos de salida) y sí por trabajadores del mundo del turismo (ella no lleva a ningún representante del sector). Así las cosas, podría darse la incómoda situación de que, de sentarse en la oposición, cinco de sus concejales tengan que dimitir al no poder ejercer como concejales y funcionarios. Y, de gobernar, ¡menudo gobierno de tecnócratas! Frente a este empeño, gana terreno la lista del PP, comandada por Marco Aurelio Pérez.