Tiene todo el derecho del mundo la ex consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, de presumir de la limpieza de su conciencia y de lo bien que duerme cada noche. Pero los ciudadanos tenemos derecho a que nos explique, entre otras cosas, qué hacía un asesor externo, adjudicatario de concursos de la Consejería de Sanidad, cuñado de un íntimo amigo de José Manuel Soria, representante de empresas concursantes... metiendo mano en los pliegos de condiciones de los concursos de esa consejería y sentándose en las mesas de contratación como asesor de la consejera para valorar las propuestas de las licitadoras. ¿Para qué coño queremos a los funcionarios si pagamos con dinero público a un abogado externo que tiene acceso a información sensible de la Administración y que se sienta en consejos de administración de empresas que tienen negocios con ese mismo departamento? Ahora que Bañolas rescindió sus contratos con la Administración, no se sorprendan ustedes si ven a Artiles firmando un recurso contra la suspensión del concurso de la hemodiálisis y reclamando de sus antiguos patronos una indemnización por el derecho consolidado adquirido tras la adjudicación provisional que hizo la bella durmiente, la señora Roldós, días antes de abandonar la consejería.