Nadie se pudo imaginar jamás que este hombre pudiera llegar a ser director general del Gobierno de Canarias, y mucho menos que lo fuera de la actividad profesional por la que su empresa, la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Ganaderos de Fuerteventura, obtiene subvenciones directas de la Comunidad Autónoma a través de la partida de “prima a la producción de leche” con la que se compra ese producto a los ganaderos. Más extrañó que accediera a la política de la mano del PP, lo que sorprendió especialmente al actual presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, que siempre respaldó los esfuerzos de Alfredo Alberto por ser el mejor y, a ser posible, el único en producir quesos en la isla. De su salto a la política quizás tenga mucha culpa el ex ministro de Agricultura con el PP, Miguel Arias Cañete, que una vez visitó una de las fábricas de quesos de la SAT y se quedó asombrado por las instalaciones, la calidad, la profesionalidad y el buen hacer de la cooperativa del hoy director general. Que una cosa no quita la otra.