Se preguntaba Soria este martes si puede haber alguien en este mundo capaz de creer que todo un consejero de Hacienda, economista, técnico comercial del Estado, funcionario del ministerio correspondiente... es decir, un tipo como él pudiera, presentarle a una juez documentos falsificados sobre sus pagos, sus cobros o sus cuentas. La respuesta que de inmediato se nos ocurre es que sí, que Soria es capaz de cualquier cosa con tal de seguir ejecutando esa alocada huida hacia adelante que inició cuando resultó imputado por el caso salmón. Cada día que pasa descubrimos más nervioso al vicepresidente del Gobierno que, no contento con sus últimos disparates, ha vuelto este miércoles a arremeter contra La Provincia por una cuestión semántico-jurídica. A saber: investigar o pedir sus cuentas a Hacienda. He ahí la cuestión.