El descaro propagandístico con el que ha actuado el PP en esta crisis ha sido digno de futuros manuales de marketing político, apartado “esto es lo que no se debe hacer jamás ante una tragedia”. En el vuelo del pasado miércoles por la noche, donde Soria y Roldós se colaron con marca olímpica, entró el jefe de prensa del PP haciéndose pasar por escolta del vicepresidente del Gobierno. Así figura al menos en la lista de pasajeros, en la que se justificaba la presencia de cada cual vinculado a alguna persona de las que viajaban en el vuelo siniestrado. No podían poner que iba el jefe de prensa y se les ocurrió la genialidad de que era un escolta. Por cierto, el tal Santana avisó a los medios, una vez en Madrid, de que su excelencia visitaba Ifema, “después de acudir a la sede del PP”, un dato seguramente muy relevante. También fue Santana el que anunció que Soria sería recibido por Zapatero, reunión que finalmente no pudo ser. Que no todo es posible por muchas trampas que se hagan, y no vemos a Paulino compartiendo ese momento de gloria con nadie.