Las pretensiones de la televisión pública de Canarias eran, sencillamente, poder retransmitir la romería-ofrenda del Pino, a pesar de que este año el Cabildo, titular de los derechos, concedió éstos a Televisión Española. El año pasado los tuvo La Nuestra y nadie protestó, lo que ha servido a la juez para dar una pista de por dónde pueden ir los tiros en la resolución del recurso contencioso-administrativo una vez entre en el fondo de la cuestión. Porque en su recurso, la tele de Paulino no ha entrado a discutir una posible arbitrariedad del Cabildo a la hora de valorar las dos ofertas presentadas, sino una supuesta vulneración de derechos fundamentales derivada de la prohibición de instalar las cámaras en la plaza de la Basílica de Teror, donde desde 2000 sólo se permite un medio de comunicación por motivos de seguridad y de protocolo. Y la autonómica conoce todos esos aspectos, como conocía desde agosto la decisión motivada del Cabildo de otorgar este año los derechos a la cadena pública estatal.