Una vez formulada la correspondiente felicitación, algunos reproches. Al ya comentado de la fuente de letra elegida, que obliga a impresores, diseñadores, centros directivos del Gobierno, etcétera, a comprar los derechos de la Le Monde Courier a la empresa francesa Typofonderie por la cantidad de 280 euros, más 54,88 de IVA (un 19,60%, nada menos), añadamos otros más. Por ejemplo, no se entendió muy bien entre los impresores y diseñadores que se cuidara la neutralidad de los textos de muestra (escritos en latín, como es norma) y que, sin embargo, se incurriera en el nada delicado y propagandístico detalle de explicar la rotulación en los vehículos utilizando un furgón de la marca Volkswagen y un turismo de la marca Smart. A no ser que se haya celebrado un concurso y nosotros no nos hayamos enterado.