Le ha salido a Ángel Llanos el tiro por la culata y el hombre empieza a recular. Sus pretendidos apoyos inquebrantables en los comités locales del PP tinerfeño, en las instituciones donde el partido tiene representación, se están tornando exiguos, y en ocasiones hasta ridículos. La aparición de un largo listado de avales de alta calidad en favor de la presidenta actual del PP tinerfeño, Cristina Tavío, por parte de los diputados nacionales, el senador Alarcó, todos los consejeros del Cabildo y la inmensa mayoría de concejales y presidentes locales de la isla lo han dejado al borde del precipicio. Sus respaldos se limitan prácticamente a los concejales del PP en Santa Cruz, al dirigente lagunero Rafael Becerra y a toda la tropa de paniaguados que cobran actualmente un sueldo de asesor o correveidile de la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz.