Ya saben ustedes que las alas de una mariposa batiendo en la China pueden provocar un terremoto en San Francisco, o algo así, que versiones de tan socorrido efecto las hay para todos los gustos. En Santa Cruz de Tenerife, un extravagante primer teniente de alcalde adquiere los derechos de un plagio y provoca un sonoro cabreo en Chile, un descojono generalizado en los ambientes murgueros grancanarios, ríos de tinta en la prensa isleña y la suspensión de una campaña institucional del Cabildo de Tenerife para el fomento del transporte público. Sí, como lo leen, porque el Cabildo estaba emitiendo una campaña, pagada a medias entre Titsa y el Metropolitano, por importe de 80.000 euros, que tenía como banda sonora nada original el famoso Chicharrero de corazón. Pero como Ángel Llanos compró el plagio por 25.000 euros, el Cabildo ha visto decaer sus derechos sobre la pieza, por la que pagó 2.200.