Las mismas fuentes informantes aseguran que una cosa es una cosa y dos, un par de ellas. Es decir, que no se puede ser más sabiondo que el jefe, más ultraliberal que el jefe, ni más pedante que el jefe. Así que, rianga, para Madrid, a un periódico de circulación nacional donde comparten ampliamente sus plantamientos ideológicos. Para cerrar la cuestión, el máximo exponente del sectarismo municipal almorzó este viernes en un restaurante de la capital con dos prebostes de la empresa periodística donde tendrá echadero. A lo largo de ese almuerzo preguntó a sus interlocutores cómo va lo suyo de él y de ahí salió lo del día 19. Oh, Madrid, tierra de promisión para ciertas ideologías y actitudes ante la vida; Madrid, lo más cercano al cielo por la vía Escrivá; Madrid donde puedes ser todo o nada a poco te lo propongas o te lo dejes de proponer, y Madrid, donde ensoleraron al jefe que ahora se lo quiere sacudir de encima por elevación y sin exigirle que devuelva el carnet del partido.