A Miguel Zerolo y a otros imputados por el caso de Las Teresitas les fueron retiradas las imputaciones por cohecho al no conseguir demostrar la juez y la fiscal anticorrupción la procedencia del enriquecimiento experimentado por los sospechosos, particularmente el ex alcalde de Santa Cruz de Tenerife, que llegó a ingresar en una cuenta corriente el importe exacto de una compraventa de terrenos en trance de ser recalificados alegando la procedencia lotera de la cantidad en cuestión. Alguien le regaló, casualmente, esos décimos, lo que no vamos a poner en duda a estas alturas de la película, que para eso doctores tiene la Iglesia, y para eso las ilustres Carla Bellini y María Farnés Martínez saben de leyes una barbaridad. Veremos lo que dice el Tribunal Supremo, que es a donde ha tenido que redirigirse la causa al adquirir el señor Zerolo la condición de aforado por la vergüenza protagonizada por el Parlamento canario de hacerlo senador por la Comunidad Autónoma para agradecerle los servicios prestados. Por cierto, Miguel Zerolo es uno de los senadores señalados como beneficiarios de la ayuda que se abona a los parlamentarios de fuera de Madrid para hacer frente a su manutención y hospedaje en la capital del Reino. Teniendo como tiene, vaya por Dios, casa propia en la que convive prácticamente toda la familia, incluidos hijos estudiantes.