No les vamos a contar nada nuevo si les decimos que las campañas electorales han de regirse ya por los principios y métodos mundialmente aceptados en el ámbito de la imagen, la comunicación y el marketing. En eso, como en otras cosas que no vamos a relatar ahora, los norteamericanos son unos fieras. Tanto que existen manuales para los aspectos más variopintos de la cuestión, desde técnicas para fruncir el ceño de modo cautivador, a cómo hablar dos horas sin decir nada sustancioso. Luego están los manuales de cómo rodear al candidato de un equipo de estrategas que contribuya ora a confundirle más ora a deprimirle para siempre. No sabemos a estas alturas qué camino ha escogido la comisión de estrategia que le han montado a Juan Carlos Alemán, candidato a presidente por el PSC, pero todo hace pensar que, al menos algunos de sus miembros no están ahí para reírle la gracia y luego ir a echar unas copas. Esta semana se incorporaron a ese equipo dos pesos pesados del socialismo canario, Julio Pérez, ex consejero de Sanidad del Gobierno, y Antonio Martinón, ex gobernador civil de Tenerife y ex diputado nacional. La inyección de veteranía se ha apreciado notablemente. Martinón, al que adornan virtudes tales como no tener pelos en la lengua, llegó a recomendar conseguir al candidato un manual titulado Yo podría ganar las elecciones. Una premisa ineludible que, sin embargo, no ha quedado suficientemente constatada.