A la hora de redactar esta sección continuaba celebrándose en el Parlamento el pleno ordinario, y a eso de las nueve y pico de la noche seguía sentado en su escaño José Manuel Soria. Tal actitud obligaba a los suyos a no moverse de la sede de Teobaldo Power, lo que seguramente llenó de gozo a Cristina Tavío, que se cascaba un rollo en la tribuna que daba hasta sentimiento. El marqués no paró de sonreír en toda la jornada y de contar con el descaro que le caracteriza la pirula que hizo la tarde anterior a Soria y a su niña Montelongo. Es consciente de que el pulso no ha hecho más que empezar y asegura estar preparado para las acciones que el PP inicie para modificar la propuesta según la cual será candidato al Parlamento por Fuerteventura. Y un parlamentario tiene, además de sueldo y dietas, la calidad de aforado. Es decir, cualquier asuntillo, al TSJC.