Culparán a Anatael, ya verán, del peligro que corren los fondos de cohesión para Granadilla, cuando todo el mundo sabe que si un proyecto no cumple con las normativas ambientales que exige la UE, no hay nada que rascar. El megapuerto que se preveía fue precisamente rebajado por ese motivo, pero sólo con la intención de volverlo a engordar en años venideros una vez los que diseñan el desarrollo de Canarias decidan que quedaría más mono a lo grande. Anatael se sacude las posibles culpas que le puedan endilgar por la pérdida de esos dineros, que con la misma argumentación podrían ir a parar al desarrollo del puerto de Santa Cruz de Tenerife, que fue lo que él defendió ante Bruselas. Lo que pasa es que en la capital los designios apuntan a que lo que ocurra tenga más que ver con una gran marina que con un puerto estupendo.