Mucho se ha comentado en estos días acerca de la idoneidad profesional y técnica de la persona que tenga que hacerse cargo de la Consejería de Economía y Hacienda, o de lo que quede de ella en el caso de quién la ocupe. Soria dijo que el doctor Rodríguez no está cualificado, lo que se ha interpretado no como un insulto, sino como una acción más en la estrategia de desgaste a la que han querido someter al presidente en funciones. Pero si un médico no puede hacerse cargo de ese departamento, habría que abrir un amplio debate acerca de por qué lo pudo hacer durante tantísimos años un ingeniero de Montes, tipo José Miguel González. O cómo lo pudo hacer con tanto éxito un ingeniero industrial de nombre Adán hasta el punto que lo catapulten ahora a la presidencia del Gobierno. Por no hablar del insigne doctor Juan Negrín, que además de dar nombre a un hospital, fue ministro de Hacienda en la II República, o de Pepa Luzardo, que es estudiante de Derecho y ahora alcaldesa, o Castro Cordobez, eterno consejero de Obras Públicas y perito agrícola. Si nos ponemos con la titulitis...