Esperaremos pacientemente a que el juez que instruye esta querella de Warren Sánchez (o de quien sea) acuerde su archivo definitivo para tomar nuestras propias medidas contra los que han pretendido acusarnos de unos delitos imposibles, en concreto, de encubridores de una revelación de secretos por haber publicado, con la profesionalidad y exactitud de la que carece este letrado, lo ocurrido durante la detención del alcalde de Mogán, Paquirrín González. A lo largo de decenas y decenas de folios, la fantasiosa querella que interpuso Warren Sánchez contra tres inspectores de Policía y contra el redactor jefe de CANARIAS AHORA nos atribuye una suerte de comportamientos delictivos relacionados con la famosa libreta de Toñi Torres y con el anónimo veneciano dejado en el apogeo de Góndola. Todo ello para incluirnos en la pendejada de la conspiración contra el PP, de la que en la querella se muestra el tal Sánchez un ferviente seguidor. Tanta paja mental, tanta verborrea de charlatán se redujo este lunes a una sola pregunta a Alexis González: ¿cómo es posible que usted describiera el 24 de enero de 2007, solo 20 horas después, lo ocurrido en aquella detención, entrada y registro, con el hallazgo del anónimo sobre la mesa del alcalde, si ese dato sólo fue recogido en oficio policial el 14 de febrero? La respuesta fue muy educada, a la par que políticamente correcta, al pronunciarse en sede judicial, pero la traducción para nuestros lectores viene a ser la siguiente: Y a mí, ¿qué coño me cuenta? Porque hay que estar muy desquiciado para acusar a un periodista precisamente de hacer muy bien su trabajo hasta el punto de que su relato de los hechos se corresponda con lo que, veinte días después, cuenta la Policía al juez instructor. No todo el mundo tiene que ser un maleta.