Hay cosas que han estado pasando en Canarias por culpa de un elemento en forma de cuerpo extraño que ataca al cuello de cada individuo y acaba por paralizar al cuerpo social. Se llama miedo. Y como nosotros no los padecemos, es posible la existencia de este medio que usted tiene en pantalla y al que han recetado todo tipo de remedios productores de miedo. Carmelo Padrón se encara ahora, con decisión y rigor, a un agente necesario para que en Canarias hayan pasado tantas cosas que tienen que ver con la corrupción jugada prácticamente a la descubierta. El Poder Judicial no ha sido ajeno -por omisión y desidia- a este clima que incluso hace renegar a algunos, sobre todo jóvenes, del futuro de Canarias.