Como si todos los españoles desconociéramos a estas alturas en qué ha consistido esta inmensa tela de araña de sobornos, tráfico de influencias, comisiones ilegales, contratos falsos, financiación ilegal del PP... que es el caso Gürtel, el abogado Choclán trata de sostener ante el magistrado Pedreira las mismas majaderías que divulga cada día ese partido político que ha nutrido y que se ha nutrido de la corrupción. De ahí que, agarrándose de una nulidad parcial de la causa, la de las llamadas telefónicas a los imputados que se encuentran presos, el letrado ha intentado invalidar todo el proceso de la instrucción, reclamando la inmediata libertad de su defendido, el gran Correa, y la restitución de los derechos constitucionales que se le han vulnerado, entre ellos el de la libertad de expresión y el de libertad de defensa. Porque, asegura Choclán, el instructor le ha provocado la pérdida de confianza de su cliente en él y le ha impedido reunirse para planificar su defensa. De ahí que el juez Pedreira le haya dedicado unos cuantos párrafos del auto de fecha 3 de febrero: “Nadie interfiere la libertad de expresión, ni la supuesta pérdida de confianza, ni la utilización de la recusación cuando no se le contesta como desea”. O “Si no se acepta la tesis de que una nulidad parcial se convierta en nulidad absoluta de todo el proceso, la defensa del señor Correa arroja el anatema de que se pierde imparcialidad, se trate del juez instructor o del Ministerio Fiscal o de la Sala”. Lo que se remata con una conclusión: “La pretensión de la defensa del señor Correa debe ser desestimada desde el terreno de la objetividad y no del dramatismo, ni de la retórica trasnochada ni de la descalificación”.