Menos mal que agosto es inhábil porque del material sembrado y recolectado en julio a lo largo y ancho de Mogán podría coger Góndola velocidad de crucero. Pero habrá que esperar a la vuelta de las vacaciones judiciales para saber más de ese pedazo de alcalde, Paquirrín González, y su inseparable Onalia Bueno, que aunque tuvieron su crisis en pleno estallido del caso de corrupción que acabó con los dos en los calabozos -“¡¡Paco, ya te he dicho que de eso no hables por teléfono!!”-, han vuelto a entenderse tanto que Onalia empieza a tener caliente a medio grupo de gobierno del PP. Y todo porque la ex concejal, que se borró de las listas tras su imputación, es ahora, después de su prolongado silencio, algo así como superdirectora general máxima de todas las concejalías de su alcalde del alma. Y claro, el consabido ordeno y mando de Onalia ya genera malos rollos entre buena parte de los nueve concejales restantes.