Tanta es la entrega y el servilismo, que de los fondos públicos adscritos al Cabildo de Gran Canaria están saliendo subvenciones con perverso destino. Si es que puede entenderse por perverso destino el que tiene que ver con la vía plateada y que se reduce, sencillamente, a que entre todos los contribuyentes mantengamos las asociaciones vinculadas a Suárez Gil. Son asociaciones con las que obtiene los votos necesarios para mantener a los empresarios cogidos por la nuez y fortalecer su papel de coordinador empresarial, como gusta llamarse y como le llaman todos los que lo utilizan para sus trabajitos finos. Las autoridades (por llamarlas de algún modo) no son ajenas a estos trasteos, tanto que hasta firman las subvenciones con pleno conocimiento de causa. Como ha hecho Ezequiel Ramírez con la que tiene como destino pagar el sueldo del que hasta hace poco era coordinador de dinamizadores comerciales, Mario Cáceres, apartado del cargo tras comprobarse por todas partes que lo que dinamizaba era, exclusivamente, el movimiento plateado. No es funcionario del Cabildo, pero es bueno que sepamos que entre todos los grancanarios pagamos el sueldo de este señor. No es que sea mucho, no, pero son 1.200 euros mensuales que vendrían bien para otros menesteres. Y más decentes.