Dice Santiago Pérez, el nuevo secretario general del Grupo Socialista, que siempre lleva encima en su portafolios un recorte de prensa en el que aparecen unas declaraciones de Soria bajo este titular: “Los casos de corrupción de ATI están perjudicando al Gobierno”. Tanta rotundidad del presidente del PP canario se produjo pocos meses antes de que se rompiera su pacto con ATI, allá por mayo de 2005, cuando todavía el asunto de Las Teresitas no había eclosionado, aunque se intuía. No había, por tanto, ni un sólo caso de corrupción de los insularistas tinerfeños, pero él ya los daba por hecho. Este jueves, a raíz de las revelaciones del sumario de Góndola, Soria ha declarado que no se puede condenar absolutamente a nadie sin que haya una sentencia. Cierto, pero existen varios ejemplos de lo mal que le queda a este hombre una hemeroteca.