Vuelve a destaparse el frasco de las esencias y a través del gollete emerge la delicada figura de Nardy Barrios que repite sin cesar que aparten de ella ese cáliz de la Alcaldía de Las Palmas y cualquier otra cosa que no sea irse para su casa. Una vez abandone el PP tras el correspondiente meneo. Ya ha puesto en marcha la plataforma de la que en su día les hablamos, palanca que le servirá para lo que quiera, desde reclamar una circunvalación de seis carriles en Artenara, hasta exigir que el Papa pise tierra canaria en su próximo viaje a España, so pena de hablar con Josemaría, que tiene nombre de santo. La cosa de Nardy adquirió este jueves tintes dramáticos, de tal calibre que hasta la interesada se largó un comunicado contundente reiterando que ni se ha ofrecido a encabezar plataforma alguna para la Alcaldía de Las Palmas ni ha sido tentada por partido alguno. Debemos deducir que el pánico de la diputada nace de la aparición en escena de José Carlos Mauricio, que hasta ahora no había opinado sobre la cuestión y ya lo ha hecho, para terror de quien el camarada miente. Nos podíamos esperar la batería de negativas de Nardy Barrios, que ha decidido llevar hasta el final estas posturas. Pero del que no nos lo esperábamos era de Carmelo Ramírez, que también ha decidido, en un intento poco hábil de salvar la operación, sumarse al carro del desmentido contundente y radical, con misil a la cúpula del PP por filtrar informaciones tan maliciosas. No les vamos a contar con qué dirigentes de CC se ha reunido la señora Barrios en los últimos meses, ni el contenido de las conversaciones, por respeto a los menores de edad que puedan estar leyendo este comentario, porque si descubren que hay más de un Pinocho, será peor que lo de los Reyes y los padres.