Santiago Pérez ha resistido 48 horas sin abrir la boca, sin acusar a Hernández Spínola de perseguir sólo a los que no tienen la Legión de Honor. Habló el lunes para un par de emisoras de radio tinerfeñas y se mordió la lengua. Pero imaginamos que el nuevo zapateado de Saavedra, colocando a López Aguilar al borde del precipicio y del ridículo harán que el eterno disconforme vuelva a opinar. El vicesecretario general, Paco Spínola, opina que Pérez no debería estar en una Ejecutiva de cuyos acuerdos y consignas se aleja cada vez que considera que es mejor ejercer de militante libre y soltar por esa boquita lo que le da la gana. Ya lo ha dicho el interesado: o esto cambia o se manda a mudar. No del partido, que de ahí no lo mueven ni con agua caliente, sino del órgano de dirección, para volverse a instalar en su particular speaker's corner de la plaza de Los Adelantados.