Se dicen muchas cosas en campaña electoral, y el público en general ya ha aprendido a separar la paja del trigo, la promesa fácil y peregrina del compromiso verdadero, que ni se compra ni se vende, como el cariño. Pepa Luzardo, musa de muchos columnistas por su talento político y su capacidad para expresarlo, se lució este fin de semana anunciando en Canarias7 que a ella no hay quien le gane trabajando. Nos alegramos mucho de esa capacidad de la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, pero debemos indicarle a la señora Luzardo que con eso no basta, que el trabajo de un cargo público también consiste en hacer trabajar bien a la gente, que los funcionarios cumplan con su obligación, que estén motivados y que la institución funcione. ¿Para qué querríamos una buena telefonista si luego no hay quien se ponga al otro lado cuando pasa una llamada? Por ejemplo.