Lo del niño Bravo, el caso Brisan, la personación, las acusaciones de cuatro delitos que le atribuye la Guardia Civil, las mentiras al pleno, los desmarques de Los Verdes y lo que dicen que está por pasar en la villa es para tararí y no echar gota. Dice el alcalde que ya le ha pedido disculpas el procurador que le personó sin su permiso en lo que él denomina “un exceso de celo”. Vale, Lucas. No olviden, para mejor proveer, que la personación se produce cuatro días después de que todos pudiéramos ver aquellas fotografías de los guardias civiles encapuchados llevándose expedientes del Ayuntamiento. Pero, a mayor abundamiento y para los coleccionistas de cosas curiosas, los procuradores se presentaron en el juzgado con poderes firmados por el anterior alcalde, Antonio Díaz, porque al niño todavía no le había dado tiempo ni de ir al notario.