Desconocemos exactamente el número de veces en la historia de Canarias que el Partido Popular se ha personado en una causa penal como acusación popular. Quizás haya sido exactamente en ninguna. Cero patatero, que diría el líder espiritual de esa formación. Sin embargo, como publicamos en la edición de este martes, lo acaba de hacer de modo absolutamente extravagante en la Operación Eolo, aquella en la que se investigan los sucesos ocurridos en la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias cuando ésta estuvo dirigida por Luis Soria, que por si alguno no lo conoce, es del PP. En Madrid, el partido de la gaviota ha tratado de reinventar la génesis de la guerra civil española, ha dado una vuelta del revés a los atentados del 11-M para invalidar una derrota electoral; se ha inventado la quiebra de la nación... Y todo ello, culpando al PSOE. Aquí, en Canarias, trata de reescribir un escándalo penal y político que amenaza seriamente el futuro político de sus principales líderes. Por eso se persona como acusación popular, porque el cuento hay que idearlo desde dentro, con un escribano traído especialmente de Madrid.