Todo de un nuevo color en la UD Las Palmas, además del amarillo. Todo casi del color esperanza, dicho sea sin ánimo de incordiar a nadie, pero los problemas siguen siendo los mismos de ayer y las soluciones también. Salvo que se apliquen nuevas fórmulas aprovechando que la circunvalación pasa por donde pasa y ha abierto nuevas perspectivas, incluso urbanísticas. El de este miércoles fue un día ajetreado en el club, no sólo por las visitas institucionales, de las que también les hablamos por aquí, sino también por el acontecer normal de una entidad al borde de un ataque de nervios. Así, parece natural que el coordinador general en funciones, Antonio Marrero, acudiera este miércoles a más de una reunión con los nuevos rectores de la entidad para encontrar una solución a unos problemillas procedentes de Asturias y de La Rioja, y que nada tienen que ver con la fabada y el vino y sí con la quiebra. De momento le han pedido a Tono que aguante un poco más, que necesitan de su apoyo. Y hasta es posible que le ofrezcan el puesto de director general.