Lo primero que ha hecho nuestro admirado José Manuel Soria para garantizar que nadie le pueda toser en la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria, que es el paraguas bajo el que van a producirse todas las adjudicaciones del Cabildo, es hacerse con el cien por cien de las participaciones. Hasta ahora, el Cabildo disponía del 47%, la Autoridad Portuaria, de un 25%, la Confederación Canaria de Empresarios, de un 10%, la Cámara de Comercio, de otro 10%, y La Caja, del 8% restante. Con esta fórmula, la sociedad dejará atrás la promoción coordinada para convertirse en una sociedad instrumental, tipo Sagulpa, oscura, sin fiscalización por parte de la oposición. Contratará obras sin que nadie se entere y sin rendir cuentas más allá de sus órganos, copados todos por el PP, como si lo estuviéramos viendo. Un fraude de ley para algunos; para nosotros, además, otra demostración del escaso respeto por las reglas del juego por parte de Su Excelencia.